martes, 19 de junio de 2012

Andando en la ruta sin rumbo


Camino, largo sin final
Mi automóvil y yo en esa larga ruta
Camino, solo, frio, gris
Voy hacia el final por esa carretera
Donde me lleva mi auto?
Donde se para, detiene su marcha?
Se detiene en el lugar que se debe detener
Se detiene en un tiempo en un espacio
Donde le silencio se puede oír
Donde la luz rápidamente
Rápidamente será oscuridad
Se acaba el camino
Se  acaba la carretera
La lluvia se detiene
Mi auto avanza, hacia donde?
Hacia  el lugar que se debe detener
Se detiene en un tiempo y en un espacio
Es el fin de esta película, es feliz este fin?
Miro atrás, la ruta vacía
Las gotas de agua en los vidrios
Ya no hay nada
Luego del estruendo, luego del impacto
Solo gira una rueda libre
Solo la escobillas del limpiaparabrisas
Continúan limpiando las gotas de lluvia
Mi automóvil y yo en esa larga ruta

Poeta de Luna

Cassino 19 de junio de 2012

lunes, 18 de junio de 2012

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío- Miguel Hernandez






Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.


¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.