“La memoria es el vientre del alma”
San Agustín
El 1 de enero de 2010 se cumplieron 51 del triunfo de la revolución cubana. Fue aquel 1 de enero de 1959, cuando los combatientes del joven Fidel Castro entraron victoriosos a Santiago de Cuba, declarando el triunfo de una. En la madrugada del mismo día, el dictador Fulgencio Batista había huido del país. Dejó a los rebeldes una isla que los jóvenes pensaban poner patas arriba para crear un sistema por el cual pocos hubieran apostado que, con todo lo que ha llovido en este medio siglo, seguiría teniéndose en pie, con más o menos tambaleos, cincuenta años más tarde. Ocho días después, la victoria fue total, Fidel Castro entra en La Habana y comenzó una nueva historia para la América Latina toda.
En la foto no estaba su hermano Raúl, el otro constante de la revolución cubana, que se había quedado en Santiago, ni el argentino Ernesto “Che” Guevara, cuya muerte guerrillera lo convertiría ocho años después en un emblema de la libertad que perdura aún hoy día.
Un “carácter socialista” que sólo sería proclamado oficialmente dos años más tarde –y varios atentados achacados a Estados Unidos después–, el 16 de abril de 1961. “Ésta es la revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes, para los humildes”, afirmó Castro, despejando cualquier duda de su progresivo acercamiento a la Unión Soviética.
Un día más tarde, el 17 de abril, la nueva Cuba revolucionaria se preparaba para su primera gran victoria contra el “imperio”, léase Estados Unidos: en menos de 72 horas, la isla repelió el desembarco en playa Girón (bahía de los Cochinos) de 1.500 anticastristas organizados y apoyados por la CIA.
Pero ni el derrumbe de la URSS, ni la transformación de China o Vietnam en un socialismo con economía de mercado lograron que la revolución variara un ápice su rumbo.
El 31 de julio de 2006, muchos creyeron que Cuba acababa, Fidel Castro anunciaba la delegación de sus poderes en su hermano Raúl
Raúl Castro realizó algunos pero en materia política no sólo firmó –si bien aún no ha ratificado– dos pactos internacionales de derechos humanos, sino que arregló sus relaciones con México, Brasil y la Unión Europea, entre otros, e incluso logró el ingreso de Cuba en el Grupo de Río.
Pero, en lo que a ideología se refiere, Raúl Castro ha dejado bien clara su intención de continuar el rumbo socialista delineado por aquel grupo de jóvenes revolucionarios de 1959.
En Argentina la generación del 70 fue influida por los ideales de la Revolución Cubana, se genero una fuerte resistencia en el campo popular al modelo económico de hambre y exclusión ideado por Estados Unidos para América Latina, esa resistencia fue tan fuerte que se necesito de un golpe de estado que dio origen a la dictadura militar más sangrienta de toda la historio argentina y posiblemente en todo la historia de América Latina. La palabra “desaparecido” tiene un sentido único en Argentina diferente a la que tiene en otros países de habla hispana, la palabra desaparecido tiene una connotación desesperada, la incertidumbre, el silencio. En argentina desaparecieron 30.000 personas, de todas las edades, 30.000 personas estudiantes universitarios, secundarios, obreros, trabajadores en general, sacerdotes, intelectuales, niños. Si niños, robados, luego de hacer parir a las madres torturadas las asesinaban y la sacaban a sus hijos para entregarlos a familias en su mayor parte de los mismos que asesinaron a sus padres, más de 200 niños desaparecidos, robados de las entrañas de sus madres.
La Revolución Cubana es el emblema de la utopía de un mundo mejor, más igualitario sin exclusión y sin privilegios para los poderosos. Hagamos honor a las manifestaciones del Che en su libro ”El Socialismo y el Hombre Nuevo” “solo se cambia un sistema luchando pero implantando lazos solidarios que permitan saber que el otro existe y que lo que le sucede al otro nos está sucediendo a nosotros mismos”.
San Agustín
El 1 de enero de 2010 se cumplieron 51 del triunfo de la revolución cubana. Fue aquel 1 de enero de 1959, cuando los combatientes del joven Fidel Castro entraron victoriosos a Santiago de Cuba, declarando el triunfo de una. En la madrugada del mismo día, el dictador Fulgencio Batista había huido del país. Dejó a los rebeldes una isla que los jóvenes pensaban poner patas arriba para crear un sistema por el cual pocos hubieran apostado que, con todo lo que ha llovido en este medio siglo, seguiría teniéndose en pie, con más o menos tambaleos, cincuenta años más tarde. Ocho días después, la victoria fue total, Fidel Castro entra en La Habana y comenzó una nueva historia para la América Latina toda.
En la foto no estaba su hermano Raúl, el otro constante de la revolución cubana, que se había quedado en Santiago, ni el argentino Ernesto “Che” Guevara, cuya muerte guerrillera lo convertiría ocho años después en un emblema de la libertad que perdura aún hoy día.
Un “carácter socialista” que sólo sería proclamado oficialmente dos años más tarde –y varios atentados achacados a Estados Unidos después–, el 16 de abril de 1961. “Ésta es la revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes, para los humildes”, afirmó Castro, despejando cualquier duda de su progresivo acercamiento a la Unión Soviética.
Un día más tarde, el 17 de abril, la nueva Cuba revolucionaria se preparaba para su primera gran victoria contra el “imperio”, léase Estados Unidos: en menos de 72 horas, la isla repelió el desembarco en playa Girón (bahía de los Cochinos) de 1.500 anticastristas organizados y apoyados por la CIA.
Pero ni el derrumbe de la URSS, ni la transformación de China o Vietnam en un socialismo con economía de mercado lograron que la revolución variara un ápice su rumbo.
El 31 de julio de 2006, muchos creyeron que Cuba acababa, Fidel Castro anunciaba la delegación de sus poderes en su hermano Raúl
Raúl Castro realizó algunos pero en materia política no sólo firmó –si bien aún no ha ratificado– dos pactos internacionales de derechos humanos, sino que arregló sus relaciones con México, Brasil y la Unión Europea, entre otros, e incluso logró el ingreso de Cuba en el Grupo de Río.
Pero, en lo que a ideología se refiere, Raúl Castro ha dejado bien clara su intención de continuar el rumbo socialista delineado por aquel grupo de jóvenes revolucionarios de 1959.
En Argentina la generación del 70 fue influida por los ideales de la Revolución Cubana, se genero una fuerte resistencia en el campo popular al modelo económico de hambre y exclusión ideado por Estados Unidos para América Latina, esa resistencia fue tan fuerte que se necesito de un golpe de estado que dio origen a la dictadura militar más sangrienta de toda la historio argentina y posiblemente en todo la historia de América Latina. La palabra “desaparecido” tiene un sentido único en Argentina diferente a la que tiene en otros países de habla hispana, la palabra desaparecido tiene una connotación desesperada, la incertidumbre, el silencio. En argentina desaparecieron 30.000 personas, de todas las edades, 30.000 personas estudiantes universitarios, secundarios, obreros, trabajadores en general, sacerdotes, intelectuales, niños. Si niños, robados, luego de hacer parir a las madres torturadas las asesinaban y la sacaban a sus hijos para entregarlos a familias en su mayor parte de los mismos que asesinaron a sus padres, más de 200 niños desaparecidos, robados de las entrañas de sus madres.
La Revolución Cubana es el emblema de la utopía de un mundo mejor, más igualitario sin exclusión y sin privilegios para los poderosos. Hagamos honor a las manifestaciones del Che en su libro ”El Socialismo y el Hombre Nuevo” “solo se cambia un sistema luchando pero implantando lazos solidarios que permitan saber que el otro existe y que lo que le sucede al otro nos está sucediendo a nosotros mismos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario