sábado, 30 de julio de 2011

Copia certificada de Abbas Kiarostami




Abbas Kiarostami, en su primer filme realmente europeo, Copia Certificada, ha decidido jugar con el espectador al gato y al ratón. ¿Qué es original y qué es copia? Ésa es la pregunta que parece hacerse el realizador iraní. Su nuevo filme comienza con la presentación que realiza un escritor del libro “Copia certificada”, donde el literato habla de las copias en el mundo del arte y del sentimiento que puede provocar su contemplación en el espectador, una experiencia tan auténtica como podría ser la observación de un original. A esa presentación acude una galerista de arte, divorciada y madre de un hijo, que intentará tener un affair con el escritor. Durante su primera cita, ocurre un hecho inesperado: una mujer mayor toma a la pareja como un matrimonio que lleva varios años casados. A partir de ese momento, los dos se comportarán como una pareja madura que pasa por un momento de crisis. No obstante, ésta es sólo una versión posible del argumento de una película rica en interpretaciones.
Kiarostami nunca determina qué es original o qué es copia dentro de la historia. Aunque parece que sea un pequeño delirio de la propia mujer, una espléndida Juliette Binoche, que copia la actitud de un matrimonio maduro para saber cuál es esa sensación y simular una experiencia que no pudo ser completada con su anterior pareja. No obstante, también puede ser un juego del propio Kiarostami, capaz de mostrarnos la evolución de los personajes sin tener que acudir al maquillaje y poder contrastar de una manera más natural la pasión de unos recién conocidos con el desgaste sentimental de una pareja que lleva años de convivencia.
Evidentemente, esa Italia, llena de piezas de arte a cada paso, es el decorado ideal para una película sobre la copia en el arte y la vida. Al fin y al cabo, esos paseos de la pareja por las calles mientras charlas de sus cuitas maritales no son tan distintas de las que sostenían George Sanders e Ingrid Bergman en ‘Te querré siempre’, una de las obras maestras de Roberto Rosellini. Incluso la presencia de elementos religiosos, como esa Iglesia de la que sale una pareja de viejecitos o las campanas finales, remiten al milagro con el que el maestro italiano terminaba una de sus cumbres cinematográficas.
Por otra parte, la aparición de espejos y la imagen que en ellos se refleja ahondan más si se quiere en ese mundo donde no están claros los límites entre lo original y la copia, además de permitirnos observar hasta tres acciones alternativas sin recurrir a pantallas partidas o cualquier otra argucia técnica. No obstante, si uno quiere dejarse de reflexiones intelectuales, el filme se puede disfrutar como un drama sobre la dificultad de mantener la pasión amorosa a lo largo del tiempo.
En resumen, Copia certificada es una película abierta a posibles significados que ahonda de una manera sutil en la propia naturaleza del cine: ser una copia distorsionada de la realidad.

lunes, 11 de julio de 2011

Sou



Onde estou?
Qual é o meu ofício?
Vivo e Vivo
Sobrevivo
Me perco
No Mundo
Nos Braços
De uma Mulher
Imaginária Mulher
Em seus Olhos
Entre seus Seios
Prontos para o Beijo
Beijo de mel
Em sua Boca
Em sua Pubis
Em sua Alma
De mulher Imaginária
O Sol está escuro
E clara está a Lua
Calmo o Mar
Furiosa a Terra
Sou Homem
Perdido
No Mundo
Sou Homem
Angustiado
Por meu Irmão
Desamparado
Pelo Menino de rua
Pela morte inexplicável
Sou Irracional
A racionalidade
Me Matou

Poeta de Luna

Cassino 11 de Julio de 2011

Traducción, Viviana Lisboa

Campo de Maiz



¿Es el amor un arte?. De "El Arte de Amar" de Erich Fromm


Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.
PARACELSO

¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte? Este libro se basa en la primera premisa, si bien es indudable que la mayoría de la gente de hoy cree en la segunda.

No se trata de que la gente piense que el amor carece de importancia. En realidad, todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor.

Esa peculiar actitud se basa en varias premisas que, individualmente o combinadas, tienden a sustentarla. Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor. Para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos. Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición. Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas, por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc. Existen otras formas de hacerse atractivo, que utilizan tanto los hombres como las mujeres, tales como tener modales agradables y conversación interesante, ser útil, modesto, inofensivo. Muchas de las formas de hacerse querer son iguales a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para "ganar amigos e influir sobre la gente". En realidad, lo que para la mayoría de la gente de nuestra cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de popularidad y sex-appeal.

La segunda premisa que sustenta la actitud de que no hay nada que aprender sobre el amor, es la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad. La gente cree que amar es sencillo y lo difícil encontrar un objeto apropiado para amar -o para ser amado por él-. Tal actitud tiene varias causas, arraigadas en el desarrollo de la sociedad moderna. Una de ellas es la profunda transformación que se produjo en el siglo veinte con respecto a la elección del "objeto amoroso". En la era victoriana, así como en muchas culturas tradicionales, el amor no era generalmente una experiencia personal espontánea que podía llevar al matrimonio. Por el contrario, el matrimonio se efectuaba por un convenio -entre las respectivas familias o por medio de un agente matrimonial, o también sin la ayuda de tales intermediarios; se realizaba sobre la base de consideraciones sociales, partiendo de la premisa de que el amor surgiría después de concertado el matrimonio-. En las últimas generaciones el concepto de amor romántico se ha hecho casi universal en el mundo occidental. En los Estados Unidos de Norteamérica, si bien no faltan consideraciones de índole convencional, la mayoría de la gente aspira a encontrar un "amor romántico", a tener una experiencia personal del amor que lleve luego al matrimonio. Ese nuevo concepto de la libertad en el amor debe haber acrecentado enormemente la importancia del objeto frente a la de la función.

Hay en la cultura contemporánea otro rasgo característico, estrechamente vinculado con ese factor. Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la gente en una forma similar. Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir. "Atractivo" significa habitualmente un buen conjunto de cualidades que son populares y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad. Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente. Durante los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial, una joven que bebía y fumaba, emprendedora y sexualmente provocadora, resultaba atractiva; hoy en día la moda exige más domesticidad y recato. A fines del siglo XIX y comienzos de éste, un hombre debía ser agresivo y ambicioso -hoy tiene que ser sociable y tolerante- para resultar atractivo. De cualquier manera, la sensación de enamorarse sólo se desarrolla con respecto a las mercaderías humanas que están dentro de nuestras posibilidades de intercambio. Quiero hacer un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el punto de vista de su valor social y, al mismo tiempo, debo resultarle deseable, teniendo en cuenta mis valores y potencialidades manifiestas y ocultas. De ese modo, dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio. Lo mismo que cuando se compran bienes raíces, suele ocurrir que las potencialidades ocultas susceptibles de desarrollo desempeñan un papel de considerable importancia en tal transacción. En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante, no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el mercado de bienes y de trabajo.

El tercer error que lleva a suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, radica en la confusión entre la experiencia inicial del "enamorarse" y la situación permanente de estar enamorado, o, mejor dicho, de "permanecer" enamorado. Si dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejan caer de pronto la barrera que las separa, y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida. Y resulta aún más maravilloso y milagroso para aquellas personas que han vivido encerradas, aisladas, sin amor. Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, poco duradero. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto: en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar "locos" el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando sólo muestra el grado de su soledad anterior.

Esa actitud -que no hay nada más fácil que amar- sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas-de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores -o renunciaría a la actividad-. Puesto que lo último es imposible en el caso del amor, sólo parece haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor.

El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.

¿Cuáles son los pasos necesarios para aprender cualquier arte?

El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos partes: una, el dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica. Si quiero aprender el arte de la medicina, primero debo conocer los hechos relativos al cuerpo humano y a las diversas enfermedades. Una vez adquirido todo ese conocimiento teórico, aún no soy en modo alguno competente en el arte de la medicina. Sólo llegaré a dominarlo después de mucha práctica, hasta que eventualmente los resultados de mi conocimiento teórico y los de mi práctica se fundan en uno, mi intuición, que es la esencia del dominio de cualquier arte. Pero aparte del aprendizaje de la teoría y la práctica, un tercer factor es necesario para llegar a dominar cualquier arte -el dominio de ese arte debe ser un asunto de fundamental importancia; nada en el mundo debe ser más importante que el arte. Esto es válido para la música, la medicina, la carpintería y el amor-. Y quizá radique ahí el motivo de que la gente de nuestra cultura, a pesar de sus evidentes fracasos, sólo en tan contadas ocasiones trata de aprender ese arte. No obstante el profundo anhelo de amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio, dinero, poder; dedicamos casi toda nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar esos objetivos y muy poca a aprender el arte del amor.

¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser aprendidas las cosas que pueden proporcionarnos dinero o prestigio, y que el amor, que "sólo" beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías? Sea como fuere, este estudio ha de referirse al arte de amar en el sentido de las divisiones antes mencionadas: primero, examinaré la teoría del amor -lo cual abarcará la mayor parte del libro-, y luego analizaré la práctica del amor, si bien es muy poco lo que puede decirse sobre la práctica de éste como en cualquier otro campo.

Soy: A la memoria de Facundo Cabral



Dónde estoy?
Cuál es mi oficio?
Vivo y vivo
Sobrevivo
Me pierdo
En el Mundo
En los Brazos
De una Mujer
Imaginaria Mujer
En sus Ojos
Entre sus Mamas
Prontas al Beso
Beso de miel
En su Boca
En su Pubis
En su Alma
De Mujer imaginaria
Esta oscuro el Sol
Y clara la Luna
Calmo el Mar
Furiosa la Tierra
Hombre soy,
Perdido
En el Mundo
Hombre soy
Angustiado
Por mi Hermano
Desamparado
Por el Niño de la calle
Por la muerte inexplicable
Soy Irracional
La racionalidad
Me ha Matado

Poeta de Luna
Cassino 11 de Julio de 2011

sábado, 9 de julio de 2011

Facundo Cabral fue asesinado en Guatemala



Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.




El cantautor argentino Facundo Cabral fue asesinado la madrugada del sábado en Guatemala, donde había ofrecido dos conciertos, en un crimen que consternó a Álvaro Colom, presidente de uno de los países más violentos del mundo.
Cabral, de 74 años, se dirigía al amanecer hacia al aeropuerto internacional de la capital para viajar a Nicaragua cuando el vehículo en que viajaba fue emboscado en el Boulevard Liberación por hombres armados con fusiles de asalto, informó la Policía.
El artista, que forjó fama internacional como trovador del movimiento de protesta de los años 70, recibió varios impactos de bala y murió en el lugar del ataque, perpetrado el día en que Argentina conmemora su declaración de Independencia.
"Estábamos yendo al aeropuerto para (viajar a) Nicaragua. No sé nada más y no sé que ocurrió, pero es de lamentar y es aterrador", dijo su representante, David Llanos, quien conducía el vehículo y resultó ileso. Cabral ocupaba el asiento al lado del conductor.
El todoterreno blanco en que murió Cabral quedó cruzado en medio de la avenida que conduce al aeropuerto y mostraba numerosos impactos. La zona estaba acordonada, lo que no impidió que menos de dos horas despues del asesinato se congregaran centenares de personas con pancartas pidiendo por la paz.
Un comunicado oficial del gobierno reconoció que de momento "se desconocen las razones de lo sucedido (...) No se descarta si el móvil fue robo o un ataque directo".
Guatemala tiene una de las mayores tasas de homicidios del planeta, en torno de los 50 asesinatos por año cada 100.000 habitantes --índice que sextuplica la media mundial violencia atribuida a las temidas maras o pandillas y a poderosos carteles de drogas.
"Lamentablemente estamos repudiando un crimen más que está causado terror, miedo y no dejo de pensar que él fue asesinado por sus ideales", dijo la Premio Nobel de la Paz y líder indígena guatemalteca, Rigoberta Menchú, en el lugar del crimen.
"Él amó mucho a Guatemala y estuvo muchas veces en Guatemala, él siempre tenía una consideración y nos dejó muchas frases maravillosas", añadió.
Exiliado de la dictadura de 1976-1983 y nómada irredento --él decia haber visitado mas de 150 países y su gran y primer éxito fue la canción "No soy de aquí, no soy de allá"-- Cabral identificaba como su inspirador al poeta estadounidense Walt Whitman (1819-1892) y como su gran amigo al cantautor argentino Alberto Cortez.
En el recital del martes, en el exclusivo hotel Grand Tikal Futura, al que asistieron 5.000 personas, se despidió del público guatemalteco diciendo: "Ya les di las gracias a ustedes (...) y que después sea lo que Dios quiera, porque él sabe lo que hace", relató el cronista del diario Prensa Libre.
Cabral había nacido el 22 de mayo de 1937 en la provincia de Buenos Aires, y además de ser cantante, era reconocido por sus composiciones y sus producciones musicales. Vivió algunos años con su madre y hermanos en Tierra del Fuego, en el extremo austral del país, y luego en Tandil, 350 km al suroeste de Buenos Aires.
El cantautor argentino Facundo Cabral tras reunirse con el entonces presidente de Costa Rica Oscar Arias, el 24 de julio de 2007 en San José. Cabral, de 74 años, fue asesinado a tiros el 9 de julio de 2011 en la capital de Guatemala, donde había ofrecido unos recitales la última semana, informó su representante y observó un periodista de la AFP en la escena del crimen.
La ventanilla del conductor del vehículo en el que fue tiroteado el cantautor argentino Facundo Cabral, de 74 años, este sábado 9 de julio en Ciudad de Guatemala.

lunes, 4 de julio de 2011

El Asadito de Gustavo Postiglione


"El Asadito" es una película con una estructura fílmica sencilla; pero totalmente redonda. Todo inicia y termina en un asadito, lo que en Brasil seria un churrasco, alrededor del cuál se tejen las pláticas y se toman unas cervezas, de las que permiten arreglar el mundo. En la película, un grupo de siete amigos, más un inesperado visitante, se dan cita en la terraza del videoclub de Tito el gordo -un ex guerrillero.

Todo transcurre en la mañana, tarde y noche del 30 de diciembre de 1999; sólo restaban pocas horas para que se terminara el siglo, y el curso de sus vidas les daba la hora para que este grupo de amigos se preguntaran: ¿qué ha sido de nuestras vidas? ¿Qué carajos pasó con todo este tiempo? ¿Qué somos ahora, qué fuimos ayer? ¿Qué ha sido de nuestros países?

Estas preguntas van desfilando con maestría en medio de las verosímiles y cotidianas pláticas de los personajes, interpretados por magníficas actuaciones. La película, con una duración de una hora y poco más, es una obra cinematográfica que expone fielmente la sociedad argentina de finales del siglo pasado. La magia del guión se encuentra en los personajes y sus diálogos -narrativamente similar al cine de Woody Allen, sin perder de ninguna manera su originalidad latinoamericana; claro está.

Sin un narrador que lleve la trama, la cámara siempre subjetiva -pero no fatigante, es de alguna manera ese personaje que nos conduce a los rincones del encuentro en la terraza.

Las pláticas, eclécticas, que van desde Ricky Martin pasando por Fernando Pessoa, descansando en Menem, para terminar con Menotti, son un intercambio de visiones y posturas. Son diálogos originales y carentes de clichés. Es significativo que todos los personajes mantienen una visión; aunque cada uno de ellos inmiscuidos en un mismo contexto; y en este caso, en una misma serie de frustraciones. Frustraciones sólo redimidas por la amistad compartida.

"El Asadito" tal vez no da soluciones; pero si es de cierta forma una denuncia a la Argentina de estas épocas post dictatoriales. Es un film altamente dinámico e incluso divertido, una muestra más del potencial artístico argentino, que sin pretensiones, es realmente reflexivo y profundo, y con una unidad temática sólida.

En fin, una película que nos lleva de la comedia a la tragedia, para terminar en drama; de alguna manera, similar a la historia de estos países latinoamericanos.