lunes, 15 de junio de 2015

Circula lá vida


Circula lá vida
Por los lugares solitários
Circula la vida
Por los caninos sinuosos
Cerca de abismos

Amor y revolución

-->
Cielo, debo pedirte disculpas al no atender a tus llamados en el mismo instante en que lo requerís. ¡Qué más desearía yo! Pero confío en que en algún momento ha de ser así. Mientras cavilo y remonto esos sueños blancos, como dicen que mi epónimo lo hacía en esos caballos alados, mantengo el ritmo de trabajo en la empresa que os he comentado y que vos conoces muy bien. Me topo con el diario del protagonista, escrito en Bolivia antes de ser asesinado y leo un pasaje que me hizo remontar a mi época de estudiante. Ese ser humano, definitivamente humano, escribió esta frase: “Sepa usted que el verdadero revolucionario está formado por los más puros sentimientos del amor”. Pero, no mi vida, no es de política que deseo hablaros, es de amor, del más puro amor, de ese apasionado que cita en sus notas el guerrillero heroico, es el que siento por vos. Es mi amor por ti tan revolucionario como el que más... Quiero que sepas que eres mi oasis en medio de la batalla, que no he muerto porque tu presencia lo impide, que ninguna espada puede herirme porque estoy cubierto por el escudo de tu dulzura. ¡Eres mi escudo! Blindado estoy ante los subterfugios de las hadas que pretenden atraparme. Y mira, que ya no sé cómo decirte que te amo, pienso que he de estudiar la escritura cuneiforme para dibujar en las paredes un nuevo abecedario con la soterrada intención de que dentro de muchos siglos, cuando ya no quede nada y la maldad lo haya barrido todo; cuando los nuevos habitantes se empeñen en descubrir el “dónde comenzó todo”, lean mis escritos y puedan decir que hubo un hombre que amó a una mujer  por encima de conveniencias y disposiciones...
Amada, mía, sólo mía, y siempre mía... te siento en este sábado absurdo de soledad. Hablo, río, camino y lloro en silencio, con esas lágrimas que no se ven, porque son internas y duelen como la esperma hirviente... que soy un cirio que se consume con lentitud y cuya llama calcina los deseos que yacen en mis entrañas. Quiero, amada, en medio de tus quebrantos, regar tus jardines con el amor que de mí brote, musitarte al oído el canto de los pájaros e hilvanar las cuentas del deseo hecho realidad. Sentir tu cuerpo, amada, y tu bella presencia, besar las mariposas que adornan tu espalda y ahora mi brazo. Una mariposa azul, tan azul como ese nuestro cielo. Hoy es sábado, Cielo... un sábado que anuncia el festival de las máscaras, esas que confío en Dios, veremos en la Venecia de nuestras quimeras.

AGONIZANTE AMOR


Quanto amar, quanto querer, quanto sonhar!
O que é o sonho, afinal?
Um desejo solitário, individual, subjetivo?
Ou um projeto de duas almas, sem dor, sem crivo?

O amor deve viver, amanhecer, florescer,
No entanto, agoniza, quase morre, amor suicida!
Quanto mais vai agüentar sua própria agonia?
Quanto mais vai suportar sua própria ferida?

Amor de pranto, amor de fim e recomeço,
De paciência, de busca, de silêncio,
De magia, de lembrança, de esperança,
Amor de fome, amor de sede, amor sem preço

Mas tão míope, tão surdo foi este amor,
E agora doente, agoniza em solidão,
Mas em sua agonia com angustia grita:
Porque me deixam morrer assim, sem paz, sem coração?

El golpe militar y los caminos de la Justicia


La democracia necesita a la verdad tanto como la verdad necesita, para constituirse, para saberse, a la democracia. Una de las tareas fundamentales de la democracia es consolidar, buscar y divulgar la verdad, formar en la verdad, educar en la verdad y para la verdad, porque sin saber la verdad no están dadas las condiciones esenciales de la vida política y sin participación política basada en la verdad, sin diálogo político basado en la verdad, no hay democracia posible. Sin verdad no hay derechos. No hay conciencia. No hay sociedad civil. Precisamente todo lo que buscó romper o quebrar el Proceso: la conciencia civil, los lazos sociales, los vínculos humanos, la otredad, el compromiso, la militancia, la política. Lo que se conmemora el 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria, es eso: la posibilidad de llegar entre todos, con enormes esfuerzos, con enorme dolor, con enorme dedicación, con búsquedas infinitas, a la Verdad. El imperio de la verdad, y no de la impunidad, sobre lo ocurrido: eso se celebra, se conmemora. Porque sólo donde hay verdad puede haber participación. Donde no hay verdad, no hay conciencia. Donde no hay conciencia, no hay democracia. No hay libertad. No hay derechos. La mentira anula la acción, roba la identidad de las personas, su posibilidad de expresarse, de existir como tales, la mentira pervierte la vida civil, enmudece la conciencia, desdibuja las instituciones, socava el Derecho. Cuando se defiende la Memoria como política de Estado, lo que se defiende es la libertad de todas las personas, su derecho a saber lo básico: quiénes son. Su identidad es su verdad, y su verdad es su derecho. Algo que parece tan simple, pero que costó mucho. Respetar cada identidad. Cada historia. Cada vida. Cada padre. Cada madre. Cada nieto. Cada hijo. Cada nieto que aparece es un paso más que da la verdad. Es un paso más que da la democracia.
Tapar el pasado fue una forma de tapar el presente. La impunidad no es nunca casual. La impunidad fue deliberada, muchos construyeron y buscaron (y aun buscan) la impunidad, apostaron a ella, pero la impunidad de los crímenes de la dictadura cívico-militar terminó demostrando ser incompatible con la democracia, la impunidad no puede ser la base del Estado. Por eso los argentinos tuvieron que tomar una decisión tajante: elegir la impunidad o elegir vivir en democracia. Elegir tapar o elegir saber. Elegir la impunidad o elegir constituir un Estado de Derecho. Los argentinos eligieron la verdad. Y por eso celebran el Día de la Memoria, porque sólo así, de esa forma, se celebra la democracia. Sólo así la democracia tiene contenido. Sentido. Tiene meta. Aspirando a la verdad y a la justicia. Una democracia que no aspira a la verdad, una democracia que no aspira a la justicia, no es una democracia sustantiva. Es una democracia de forma. Y los argentinos, después de la crisis de 2001, se cansaron de la democracia de formas. Querían una democracia de verdad, con verdades. Una democracia con derechos. Una democracia donde esas dos palabras capitales que son “derechos humanos” volvieran a significar algo. A tener sentido. Contenido.
En la Argentina de los ‘90 no había participación política plena, había apatía porque no había verdad, no había Justicia, los vínculos sociales estaban desdibujados y rotos, la política estaba desdibujada porque la Justicia estaba muda. La política no tenía norte porque el Estado no había tomado la decisión de ir en búsqueda de la Verdad: no había juicios donde la verdad desplegara sus alas. Se apostó al silencio. Por eso la apatía civil, la indiferencia: la ausencia de participación iba de la mano de la falta de memorias, de voces, de historias. De cuerpos. La verdad construye la conciencia. En los juicios de derechos humanos se forma una conciencia cívica sobre el horror ocurrido. Esa conciencia que se forma en la sociedad –más que las condenas en sí mismas– es la justicia. Una sociedad con verdad, con verdades, una sociedad que conoce su verdad, es una sociedad con más conciencia. Con más juicio. Con más derecho. Con más libertad. La verdad es una pre-condición para la acción. Una pre-condición para la democracia y la vida. Donde no hay verdad, donde hay impunidad, no hay (no puede haber) política. Querer volver a la política fue (y es siempre) querer hacer justicia. Querer democracia es querer saber la verdad. La impunidad es enemiga de la democracia. Si la verdad no se sabe, no puede haber acción. No puede haber conciencia. No puede haber política. No puede haber, en consecuencia, democracia. Por eso cada cuerpo que se recupera, cada historia que se sabe, cada hueso que se nombra, es un paso firme que da la verdad. Es un paso más que da la Argentina. Es un paso más que damos todos. Es un paso más que da el derecho. Es un paso más que da la democracia. La justicia es la savia del Estado. Su única meta. Sin justicia no hay democracia. Sin justicia y sin verdad, no hay estado de derecho. Eso fue lo que construyó la Argentina: un Estado basado en la Memoria, en la Verdad y en la Justicia.

Eduardo Galeano


Sera que el mundo esta hecho de múltiples fuegos, o será que realmente el mundo fue hecho por albañiles, creadores de la masa, constructores del tiempo.
Se fue, no se donde el gran escritor Eduardo Galeano, partió su cuerpo, su obra es su alma inmortal.
Un libro de abrazos para el, el abrazo mas apretado posible que lo acompañe a la eternidad.
Llevo en mi memoria el Fuego, la historia de la Historia de América, regreso sobre el , como no reconociendo su muerte por que corre en mis venas la sangre de América Latina.
Te vemos por las calles de Montevideo mirando a la gente simple que circula por sus calles, algunas oscuras calles otras iluminadas calles, pero de cada una sacabas tus historias.
Perdimos un luchador , con la pluma y la palabra como arma, pero ganamos todos por su existencia, necesitamos tantos Galeanos para llenar nuestro corazón y aprender a amar.




Deixo para vcs 5 frases de Galeano



 O corpo não é uma máquina como nos diz a ciência. Nem uma culpa como nos fez crer a religião. O corpo é uma festa”

“Somos o que fazemos, mas somos, principalmente, o que fazemos para mudar o que somos”

“A utopia está lá no horizonte. Me aproximo dois passos, ela se afasta dois passos. Caminho dez passos e o horizonte corre dez passos. Por mais que eu caminhe, jamais alcançarei. Para que serve a utopia? Serve para isso: para que eu não deixe de caminar”

“Na luta do bem contra o mal, é sempre o povo que more”

“Não consigo dormir.
Tenho uma mulher atravessada entre minhas pálpebras.
Se pudesse, diria a ela que fosse embora;
mas tenho uma mulher atravessada na garganta”